lunes, 1 de marzo de 2010

¿QUÉ MEJOR MANERA DE CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS QUE PREDICAR CON EL EJEMPLO




Esta pregunta se responde en el Oratorio cada semana, aunque especialmente se cumplió en la Celebración de regalos. Fue un día especial en el que todos los niños, voluntarios y familiares que nos acompañaron estábamos nerviosos, expectantes e ilusionados. La humildad y bondad de nuestros niños fueron los pilares principales para que esta celebración pudiera realizarse: ¡Gracias!

Para nosotras, que hemos empezado este año como voluntarias en el Oratorio, fue una experiencia preciosa. Nos dimos cuenta de cómo ellos viven lo que cada semana vemos en el Oratorio: quieren ser amigos de Jesús. Nos sorprendió ver como entregaban, con todo su corazón, ese regalo que tanto les gustaba, a personas más necesitadas que ellos…. “doloroso” pero muy gratificante.

Como Jesús nos dijo… Dios nos devolverá el ciento por uno de lo que hacemos. Los regalos se llevaron a la guardería del Santo Refugio, ¡imaginad sus caritas de felicidad y la alegría que sintieron esos niños al recibir los regalos!... e imaginad también las caritas de nuestros niños reflejando la misma felicidad cuando, en la sesión siguiente, les contamos que sus regalos ya se habían repartido.

Gracias a todos por ofrecer una oportunidad a los niños más necesitados y por darles luz entre tanta oscuridad….

Andrea y Cristina. Voluntarias del Oratorio

LA ORACIÓN MÁS BONITA



“Es la oración más bonita que he escuchado nunca….” Esta frase la dijo uno de nuestros niños en la última sesión del Oratorio después de escuchar El Shemá:

“Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Y amarás al prójimo como a ti mismo. Haz esto y vivirás”.

¿Cómo puede un niño pequeño resumir así lo que esta oración le transmite? Nunca dejan de sorprendernos. Escuchando a cada niño y niña en el Oratorio, nos damos cuenta de lo maravilloso que es aprender de ellos, de sus sensaciones, emociones, opiniones…

A los que colaboramos en el Oratorio estas “pequeñas” cosas son las que nos hacen continuar y estar ilusionados en cada uno de nuestros Oratorios: un comentario ante una oración o una lectura de la palabra, un gesto ante el Sagrario, una petición desinteresada, un niño escuchando a Jesús, que esperen ilusionados su momento de Oratorio…

Gracias a palabras como estas, vemos que estamos aportando nuestro granito de arena para que nuestros niños crezcan en el Amor a Dios.
Andrea y Cristina. Voluntarias del Oratorio