Comienza la Navidad. Empiezo a sofocarme y a saturarme con el encendido de las luces y los repetitivos anuncios de juguetes y colonias…¡ No, no, otro año más no! Debe existir una Navidad de verdad, en algún rincón escondido, donde estas fiestas tengan sentido y llenen plenamente en vez de empachar.
Sí, sí, llega hasta mi cabeza un lugar y hasta mi corazón una sensación de paz….sí , en el oratorio, con mis niños y con Dios en medio de nosotros, allí es donde todo recobra sentido, donde durante 30 minutos a la semana podemos pararnos a pensar, a rezar, a hacer silencio, a pedir, a dar gracias….donde rompemos la inercia que nos arrastra el resto de la semana.
Ojalá en estos días de Navidad pueda convertir mi casa en un “oratorio” donde rezar, pensar, dar gracias, acoger y escuchar… junto a mi familia y a mis amigos igual que hacemos en el oratorio del cole.
No importa si no has estado en el oratorio y no sabes qué ocurre allí ¡ pregúntale a tu hij@! y te contará qué hace al entrar, cómo reza, cómo hace silencio, cómo canta, cómo pide por ti y tu familia, cómo da gracias por lo que tiene…
Como padres, en esta nueva Navidad , hagamos un esfuerzo por regalar a nuestros hijos más tiempo de escucha, de oración junto a ellos, de juego, más tiempo para visitar a los abuelos y a quien necesite compañía… y que Dios esté en medio de nosotros junto a su Hijo recién nacido.
Sí, sí, llega hasta mi cabeza un lugar y hasta mi corazón una sensación de paz….sí , en el oratorio, con mis niños y con Dios en medio de nosotros, allí es donde todo recobra sentido, donde durante 30 minutos a la semana podemos pararnos a pensar, a rezar, a hacer silencio, a pedir, a dar gracias….donde rompemos la inercia que nos arrastra el resto de la semana.
Ojalá en estos días de Navidad pueda convertir mi casa en un “oratorio” donde rezar, pensar, dar gracias, acoger y escuchar… junto a mi familia y a mis amigos igual que hacemos en el oratorio del cole.
No importa si no has estado en el oratorio y no sabes qué ocurre allí ¡ pregúntale a tu hij@! y te contará qué hace al entrar, cómo reza, cómo hace silencio, cómo canta, cómo pide por ti y tu familia, cómo da gracias por lo que tiene…
Como padres, en esta nueva Navidad , hagamos un esfuerzo por regalar a nuestros hijos más tiempo de escucha, de oración junto a ellos, de juego, más tiempo para visitar a los abuelos y a quien necesite compañía… y que Dios esté en medio de nosotros junto a su Hijo recién nacido.
Raquel García
Voluntaria del Oratorio.
Voluntaria del Oratorio.