El curso se termina. Un año más hemos vivido la gozosa experiencia de oración compartida que nos brinda el colegio desde el Proyecto Oratorio. En verdad, es gratificante y bella la tarea - misión - de iniciar a nuestros alumnos en la oración, orando con ellos. Y... es que el Oratorio es la escuela de Jesús donde todos tenemos mucho que aprender. Ellos nos llevan ventaja, porque tienen un corazón limpio y receptivo al Bien y la Verdad. En el Oratorio nos reunimos en el nombre de Jesús, pues sabemos que "Donde dos o tres se reunen en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos"(Mt 18,20). Es la primera Palabra que oramos con los niños. Luego vamos descubriendo otras 'presencias' y 'vivencias' de Jesús que nos acompañan siempre y nos colman de alegría.
En este inicio del camino de oración, de búsqueda y acercamiento ellos nos necesitan como un niño necesita de la mano del padre o de la madre para dar sus primeros pasos.
Se saben queridos y preferidos por Jesús "Dejad que los niños se acerquen a mi" ( Mc.10,14) y nosotras intentamos facilitarles el acceso.
Lo demás lo hace Él. Por eso, lo "sagrado" del encuentro íntimo de Jesús con los niños, nos trasciende. Estamos convencidas de que son capaces de entrar en relación directa con el Misterio. La fe en lo que Jesús dice -en lo que les dice a cada uno- es firme e inquebrantable. La confianza en Dios es total; aprenden de Jesús a dirigirse a Él y llamarle cariñosamente ÁBBA, papá. Le cuentan sus secretos y le piden por las necesidades del mundo. A su lado se sienten tranquilos y seguros.
Sorprende la facilidad con que recuerdan las palabras de Jesús ¿Quién les ayuda a escuchar, grabar en su mente y guardar en el corazón Palabras que son, en verdad espíritu y vida? El contexto nos lleva al recuerdo de aquella tarde en que Jesús goza con sus discípulos oyéndoles contar las maravillas que hacían en el nombre del Señor. En aquel momento, Jesús, lleno de alegría exclamó " Yo te bendigo y te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños" ( Lc.10,21 )
También nosotras hoy te bendecimos y te damos gracias porque, has querido contar con nuestra pequeñez para compartir nuestra fe y propiciar encuentros contigo. Lo sabes bien: no nos hubiéramos atrevido si no nos hubiéramos sentido invitadas por ti a realizarlo en tu nombre y contigo.
Hemos recomendado a los niños que no olviden la oración y el recuerdo de Jesús durante el verano. Dios no tiene vacaciones; su presencia les acompaña siempre. Está en ellos y en ellos actúa. Sin duda, le agradará a Dios que también nosotras les recordemos en nuestra oración. ¡Una buena manera de seguir acompañándoles!
" EL SEÑOR LES BENDIGA Y LES GUARDE,
LES MUESTRE SU ROSTRO
Y LES CONCEDA LA PAZ".
¡ Buen verano a todos y felices vacaciones !
En este inicio del camino de oración, de búsqueda y acercamiento ellos nos necesitan como un niño necesita de la mano del padre o de la madre para dar sus primeros pasos.
Se saben queridos y preferidos por Jesús "Dejad que los niños se acerquen a mi" ( Mc.10,14) y nosotras intentamos facilitarles el acceso.
Lo demás lo hace Él. Por eso, lo "sagrado" del encuentro íntimo de Jesús con los niños, nos trasciende. Estamos convencidas de que son capaces de entrar en relación directa con el Misterio. La fe en lo que Jesús dice -en lo que les dice a cada uno- es firme e inquebrantable. La confianza en Dios es total; aprenden de Jesús a dirigirse a Él y llamarle cariñosamente ÁBBA, papá. Le cuentan sus secretos y le piden por las necesidades del mundo. A su lado se sienten tranquilos y seguros.
Sorprende la facilidad con que recuerdan las palabras de Jesús ¿Quién les ayuda a escuchar, grabar en su mente y guardar en el corazón Palabras que son, en verdad espíritu y vida? El contexto nos lleva al recuerdo de aquella tarde en que Jesús goza con sus discípulos oyéndoles contar las maravillas que hacían en el nombre del Señor. En aquel momento, Jesús, lleno de alegría exclamó " Yo te bendigo y te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños" ( Lc.10,21 )
También nosotras hoy te bendecimos y te damos gracias porque, has querido contar con nuestra pequeñez para compartir nuestra fe y propiciar encuentros contigo. Lo sabes bien: no nos hubiéramos atrevido si no nos hubiéramos sentido invitadas por ti a realizarlo en tu nombre y contigo.
Hemos recomendado a los niños que no olviden la oración y el recuerdo de Jesús durante el verano. Dios no tiene vacaciones; su presencia les acompaña siempre. Está en ellos y en ellos actúa. Sin duda, le agradará a Dios que también nosotras les recordemos en nuestra oración. ¡Una buena manera de seguir acompañándoles!
" EL SEÑOR LES BENDIGA Y LES GUARDE,
LES MUESTRE SU ROSTRO
Y LES CONCEDA LA PAZ".
¡ Buen verano a todos y felices vacaciones !
Ana María Hernández (Misionera Claretiana)