¡Cuántas veces decimos esta frase!
Estoy segura que no siempre somos conscientes de lo que en realidad dicen sus palabras, pero si, Gracias a Dios. Esta semana con los alumnos en el oratorio leímos diversos capítulos de la Biblia con los que los niños han comprendido la importancia de ser agradecido, y de tener fe.
Luego ellos lo aplican a su vida diaria y reconocen la suerte que tienen. Principalmente dan gracias a Dios por sus familias y algunos porque Jesús tiene un corazón tan grande, que en él cabemos todos y por crear el mundo. Ser agradecido sana por dentro y ellos lo experimentan.
Sentirse afortunado choca frontalmente con ser caprichoso y exigente y a nuestros niños se les acusa de ser así. Hoy hemos comprobado que en su interior, en su corazón hay bondad y sobre todo mucha gratitud, se han sentido agradecidos.
Yo quiero dar gracias a Dios por lo que cada día me aportan estos niños en el oratorio.
Sara Gutiérrez
1 comentario:
Me ha gustado mucho las fotos
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