domingo, 26 de mayo de 2013

26 de Mayo

  A tal Reina… tal honor: LA ORQUIDEA.
Al llegar la fiesta de nuestra Madre mil regalos resultan insuficientes para que sienta y comprenda que es mucho el cariño y otro tanto el amor que esos obsequios guardan y pregonan.
En mayo, rosario y oraciones, ofrendas y peregrinaciones, romerías y cantos constituyen el gran secreto a voces por los creyentes celebrado: MARIA MADRE DE DIOS Y DE NUESTRO PUEBLO.
La “orquídea” alumbra la riqueza mariana que todos llevamos ayudando a crecer el alma. Significa la firme creencia de que, Santa María Virgen, sigue siendo de capital importancia para seguir caminando tras las huellas del que venció en un madero a la muerte: CRISTO RESUCITADO.
María, en reciprocidad, nos devuelve esta singular respuesta: la mayor riqueza que me podéis dar es ser testigos de Jesús Resucitado. Que Pentecostés nos traiga el DON DE LA FORTALEZA ANTE LA DEBILIDAD.
“No es fuerte quien no cae sino, aquel que después de caer, se levanta”
 

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